Sigue pasando el verano, y seguimos sin ver ni una sola gota de agua en forma de lluvia, desde aquellas fuertes tormentas de finales de mayo, principios de junio, el cielo se ha olvidado de dejar caer ese bien tan escaso y preciado que es el agua.
Ya es inevitable, hablar de la peor sequía de las últimas décadas en Santibáñez y alrededores, y no hace falta que lo diga nadie, basta con asomarse al cauce molinar o al Río Úrbel.
En este fin de semana pasado el cauce llego a quedarse sin una gota de agua, y no sabemos que suerte habrá corrido la fauna que lo hábitat véase truchas, peces, cangrejos, aves, ect. Bien es cierto, que en estos últimos días vuelve a circular algo de agua, pero muy escaso.
Cauce molinar a su paso por Santibáñez, con apenas un "hilo" de agua |
Mismo camino puede llevar el Úrbel, seco o casi seco en muchos de sus tramos a lo largo del Valle, caso del puente de la Nuez, no es el caso en nuestro pueblo, en la que al menos una pequeña corriente de agua baja, pero si las lluvias no lo remedian, su destino es el de quedar sin agua corriente, quedar estancado y que toda la fauna y la flora lo paguen muy caro.
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