Queremos utilizar esta expresión del titular de la noticia, usada no hace mucho tiempo por nuestros abuelos y tíos, para ilustrar la noticia de hoy.
Siguen las actuaciones para dotar a Santibáñez de un patrimonio etnográfico y recordar así lo que no hace mucho tiempo se vivía en las calles de nuestra localidad.
En este caso, Santibáñez ya cuenta con “El potro”, un lugar muy utilizado antaño y por el que pasaban muchos de los vecinos, y parte llamativa de muchas localidades de nuestra provincia, pues desde hace unos días, ya podemos disfrutar de esta nueva estructura en la localidad.
Está culminando la instalación de esta construcción, que se ha llevado a cabo con madera y teja árabe, la típica y auténtica del pueblo, para darle toda la autenticidad posible, ya que las medidas y las formas se han tomado de varios potros cercanos que aún se conservan.
La empresa encargada ha sido Pérez Vinuesa, con un coste de 4500€, un poco más caro de lo inicialmente previsto, puesto que la intención del consistorio era utilizar las vigas retiradas de la obra de la Ermita de el Humilladero, pero finalmente por su mal estado no se han podido utilizar, y ha sido necesario usar madera nueva.
El Potro se ha colocado en la plaza, recientemente arreglada, de detrás de la iglesia, donde se instaló una fuente, un banco corrido de piedra y se pavimentó toda la zona. Como decimos aún queda rematar el potro en su parte inferior, ya que se estaba esperando a que estuviera montado, para poder optar por la mejor opción para rematarlo al suelo. Con las vigas sobrantes, se han presentado para rematar los bordes de las zonas ajardinadas, que se terminarán para dar un buen aspecto a la zona. También la intención es culminar la zona con la instalación de mobiliario urbano y la colocación de algún panel informativo.
La historia de “El Potro”, la colocación en esta zona no es pura casualidad, ya que en ese mismo lugar, según nos cuentan varios vecinos, y hace ya muchos años, se ubicaba uno de los que había en el pueblo, y que desafortunadamente un incendio devastó, cuando este ya estaba en desuso. De ahí que el consistorio haya decidido colocarlo ahí. El Potro era una de las zonas muy usadas por los vecinos, donde llevaban sus mulas, bueyes, vacas y caballos a herrar. En Santibáñez contábamos con un herrero que se encargaba de estas tareas, y que tenía también una fragua. Maximo, que así se llamaba, realizó posteriormente estas tareas en un herradero en su vivienda. Seguramente los datos que aquí os dejo puedan tener errores, pues recogemos lo que nos han contado algunos vecinos, y puede que no sean del todo ciertos o que cambien, en tal caso creemos que debemos contarlo y estoy abierto a modificarlo si esto no fuera así, ya que el saber el pasado de nuestro pueblo es algo que no debemos perder.
A continuación os dejo algunas fotos de la instalación.
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